Marlon Martínez, jefe de la Mara 18, gesticula en el salón Torre de Tribunales de Ciudad de Guatemala donde él y su grupo fueron condenados a 47 años de prisión por el asesinato de Jorge Winter, un profesor que trabajaba en una institución carcelaria(Foto: AFP PHOTO | Johan ORDOÑEZ)
Marlon Martínez, jefe de la Mara 18, gesticula en el salón Torre de Tribunales de Ciudad de Guatemala donde él y su grupo fueron condenados a 47 años de prisión por el asesinato de Jorge Winter, un profesor que trabajaba en una institución carcelaria
Las violentas Maras, con miles de miembros en El Salvador, Guatemala y Honduras, trafican con drogas y armas, y extorsionan a comerciantes y choferes de autobuses y taxis, obligándolos a pagar el "impuesto de guerra" para conservar sus vidas.
En promedio, 11 personas son asesinadas cada día en El Salvador, donde el gobierno de Funes intenta frenar la violencia sacando al ejército a las calles y reforzando a la policía con más recursos y equipamiento.
En El Salvador, las principales pandillas son la Mara Salvatrucha o MS-13 y su acérrima rival, la Mara 18 o M-18, que juntas reúnen a unos 11,000 miembros, aunque la policía estima que la cifra podría llegar a unos 18,000.
Llamadas maras como diminutivo de marabunta, unas hormigas devoradoras de la Amazonia, las pandillas surgieron en El Salvador durante la guerra civil (1980-1992) formadas por jóvenes que se disputaban "territorios" en barriadas pobres y aldeas.