jueves, 24 de mayo de 2007


Flexibilizar o Colapsa
JUAN ARISTIDES TAVERAS GUZMAN


El país, y muy especialmente los sectores comerciales, industriales y productivos, han recibido con expectación el anuncio que hizo con el grupo Corripio el presidente Leonel Fernández de que imprimirá medidas tendientes a flexibilizar la aplicación del paquete fiscal.


Ha sido un disparate prohibir la venta de cerveza y bebidas alcohólicas hasta ciertas horas en un país que vive del turismo, y con pruebas de que los atracos no los están haciendo los turistas ni los que se desahogan buscando alegría con una cerveza o una copa en un hotel, un bar o un colmadón.


Por Dios, no seamos irreales, los que atracan usan drogas, no cervezas, porque el borracho no puede sorprender su presa. Seamos más realistas.

Recientemente, el director de Fomento dijo que en el último año se han cerrado mil empresas por el problema de la energía eléctrica.


Las ventas se han reducido casi a la mitad, y en las zonas francas se produce desempleo... Hay que ser irracional para no darse cuenta hacia dónde vamos.

Nosotros asesoramos varios empresarios y nos duele el camino que recorremos si no hay viraje de 180 grados.

El gobierno peledeísta en menos de tres años ha realizado tres reformas tributarias, aumentando las recaudaciones a niveles nunca vistos, pero los bolsillos de los dominicanos se mantienen desangrados, subiendo cada semana todo lo que se consume, y ni hablar de la gasolina, que es la sangre del cuerpo del pueblo, con el agravante de que se viola la Ley de Austeridad, y para todo nuevos préstamos y nuevos impuestos, olvidándose como niños que el Fondo Monetario es un policía internacional que presta, pero cobra sin contemplaciones.

Esos impuestos trancan todo, porque hay que pagarlos, pero es un proceso que debe ser gradual para que no le falten al pueblo buenos servicios y aquí hay de todo menos eso.

Esa es la gravedad peor del momento, y, para colmo, una sola obra, el Metro, se lo lleva todo, dejando casi todas las provincias sólo con promesas.

Por otro lado, hay sueldos de lujo en distintas áreas ganando mucho más que el Presidente de la República.


No sólo era la Cámara de Cuentas, hay otras dependencias por nivelar, porque el privilegio irrita y mantiene la desigualdad con los empleados del pasado. Yo, como Canciller, recibía mensual menos de diez mil pesos, y que conste, se nos respeta, no macuteábamos, para bien o para mal.

Volviendo a los impuestos, no podemos someter un país turístico a un toque de queda, hay que flexibilizar el horario de las bebidas alcohólicas.

Señor Presidente, con todo respeto, hay que poner y robustecer los servicios de seguridad día y noche; dar ayuda y protección a los bomberos que cuidan propiedades y vidas ganando una vergüenza; dar ayuda a las escuelas que buscan el rescate de los jóvenes relevos que han caído en drogas que les pudre el cerebro, porque los estamos perdiendo.

Finalmente, abundo sobre los impuestos, porque soy un abogado maduro, hasta juez y procurador fuimos, y hay cosas que los balagueristas reformistas aprendimos con el maestro Balaguer.


La prueba más recia es que hicimos todo cuanto existe, sin préstamos y sin impuestos, con el ahorro interno. ¿No fue así? No quiero molestar a mis colegas, que respeto mucho, son plumas de oro, pero sobre eso he de volver.

Voy a terminar haciendo un recuento para nuestros jóvenes y otros que tomen nota sobre una política exitosa de Impuestos.


Allá por los años 1980 se proyectó un gran impulso para simplificar y reducir los impuestos y el ex presidente Reagan, cuando llegó al poder en enero de 1981, bajó dichos impuestos en más de un 5%, y al frente de su equipo estaba, si mal no recuerdo, Martin Feldstein, llevándose del economista Arthur Laffier, cuya "curva de Laffier" dice que en la presión tributaria alta la reducción de las tasas de impuestos produce mayor recaudación y crea desincentivo a la evasión tributaria.


Incrementa la actividad económica por los incentivos para invertir y producir.

Aquella política aumentó las recaudaciones en Estados Unidos en más de un 21% en 1982-1986. Simplificó los cobros y pagos de los impuestos aduanales, a la propiedad y a la renta.

También el ex presidente Clinton lo hizo, el presidente Bush padre rompió con ello la recesión. También lo ha cultivado el actual presidente Bush, por el precedente exitoso.

Con la mejor intención, tenemos que evitar que colapsemos como país, porque, lo reitero, no vamos nada bien.

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