El huracán Tomas cobraba fuerza el domingo después de arrancar techos de casas y derribar árboles en el este del Caribe, en una ruta que lo llevará a la empobrecida Haití y a República Dominicana la semana próxima.
Tomas, el huracán número 12 de la muy activa temporada del Atlántico 2010, presentaba vientos máximos sostenidos de 160 kilómetros por hora (100 millas por hora), transformándose en un ciclón de categoría 2 en la escala de cinco niveles de intensidad de Saffir-Simpson.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos prevé que la tormenta se seguirá fortaleciendo el domingo, mientras se aleja de las Islas de Barlovento en una ruta oeste-noroeste.
Los pronósticos indican que Tomas se intensificará para el martes hasta alcanzar la categoría 3 ó 4, con velocidad proyectada de vientos superior a 178 kph (111 mph), mientras pasa por el sur de República Dominicana y Haití.
"Este es un huracán muy peligroso que apenas está comenzando a desarrollarse", escribió en su blog el experto en ciclones Jeff Masters, de la agencia privada de meteorología estadounidense Weather Undeground.
"Al mismo tiempo, parece que República Dominicana y Haití están bajo mayor riesgo de un impacto de Tomas, aunque la tormenta se podría mover bien al oeste para alcanzar a Jamaica, o al extremo oriental para llegar a las Antillas Menores", agregó.
El huracán azotó duramente el sábado a Santa Lucía y San Vicente, dañando casas, echando abajo cables de electricidad y bloqueando carreteras con inundaciones y escombros. No se dieron a conocer de inmediato reportes de víctimas fatales.
"Tenemos 100 casas que han perdido sus techos. Esperamos que esta cifra aumente", dijo Michelle Forbes, jefa de la Organización Nacional de Manejo de Emergencias (NEMO) de San Martín.
Dos personas resultaron heridas al tratar de asegurar sus techos y más de 500 acudieron a refugios, afirmó a Reuters.
En Santa Lucía, el techo de un hospital fue destruido al paso del ciclón, dijo un funcionario de emergencias.
Previamente, Tomas causó daños en viviendas de Barbados, donde algunas personas fueron a refugiarse en escuelas e iglesias.
AMENAZA PARA HAITI
El Gobierno de Haití y sus socios de ayuda internacional, que ya están luchando por combatir una epidemia de cólera que ha causado la muerte a más de 330 personas y ha sido contraída por más de 4.700, estaban discutiendo medidas de contingencia para el posible severo impacto del huracán la próxima semana.
Con alrededor de 1,5 millones de sobrevivientes del devastador terremoto de Haití del 12 de enero viviendo en carpas en la capital Puerto Príncipe, la autoridades estaban preocupadas por los posibles destructivos efectos de poderosos vientos y lluvias torrenciales sobre los campamentos.
"Un huracán es una de las cosas para las cuales nos hemos estado preparando (...) pero nuestra capacidad está ocupada manejando la epidemia de cólera", dijo a Reuters Imogen Wall, la portavoz humanitaria de Naciones Unidas en Haití, desde Puerto Príncipe.
"Obviamente es lo último que Haití necesita", afirmó, añadiendo que las autoridades estaban trabajando en medidas de protección y reuniendo suministros de emergencia.
La activa temporada de huracanes del 2010 ha producido hasta el momento 12 huracanes, cinco de ellos de gran envergadura, pero por ahora Estados Unidos ha escapado de que un ciclón afecte su territorio