NUEVA YORK.- El presidente Leonel Fernández, advirtió este miércoles que los pueblos del mundo afectados por el hambre y la miseria levantan su voz para que la comunidad internacional preste a la solución de sus necesidades la misma rápida atención con que ha acudido a salvar de la hoguera a instituciones bancarias al borde del colapso.
Fernández al pronunciar un discurso ante los miembros de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, sentenció que no queremos albergar la idea de que el rescate de la dignidad de los pobres del mundo no tenga la misma prioridad ni la misma urgencia que el salvamento de instituciones que operan en el más poderoso centro financiero del mundo.
Dijo que en estos momentos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio se requiere, por parte de la comunidad internacional, de un plan de rescate financiero, de una especie de “bailout”, como se dice en estos días.
Citó que conforme a estudios del Banco Mundial, se demandarían en promedio, cada año, en ayuda externa, cerca de 50 billones de dólares para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
El presidente Fernández sentenció que “eso equivale a decir que para que se cumplan los propósitos de elevar la calidad de vida y las condiciones de dignidad de las naciones pobres del mundo, se necesitará de un plan internacional de financiamiento económico tan audaz y tan urgente como el que actualmente se lleva a cabo para salvar a Freddie Mac, Fannie Mae, Bear Sterns, Merrill Lynch, AIG y otras instituciones financieras”.
Recordó que de aquí al 2015, es decir, durante los próximos siete años, hasta cumplirse la fecha de realización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, se requeriría, siguiendo el criterio del Banco Mundial, 350 billones de dólares de ayuda externa, lo que representa la mitad de lo que en estos momentos se debate en el Congreso de los Estados Unidos para salvar de la quiebra a las empresas financieras de Wall Street, responsables de su propio fracaso.
En ese sentido, agregó que “aclaramos que no hemos venido aquí a condenar a nadie. Tampoco hemos venido a levantar nuestro índice acusador contra ninguna nación amiga, miembro de esta familia de las Naciones Unidas”.
Fernández observó que ahora ya sabemos, también, que en el año 2006 aumentó a casi tres millones el número de muertes por causa del SIDA, y que las medidas de prevención contra esa ominosa pandemia siguen siendo penosamente insuficientes.
Otra perspectiva desoladora es que más de 600 millones de personas no tendrán mejores servicios sanitarios que los que ahora poseen, agregó.
Comentó que al tiempo que esto ha venido ocurriendo, las naciones más ricas que se comprometieron a aportar ayuda oficial extraordinaria para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en general, se han quedado cortas a la hora de hacer efectivas sus ofertas.
Más adelante, el jefe de Estado dominicano puntualizó diciendo que “la nuestra, más bien, aspira a ser una voz de alerta. Una voz que contribuya a estremecer la conciencia y procure la solución de un problema de alcance global de las naciones pobres, el cual resulta socialmente injusto y éticamente inaceptable”.
Jefe de Estado observa que especulación impide cumplir Objetivos del Milenio
El principal obstáculo que enfrentan las naciones pobres para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio es la especulación no regulada en la compra y la venta de contratos a futuro de petróleo y los alimentos, advirtió el presidente Leonel Fernández.
El gobernante dominicano, en su discurso de este miércoles ante la 63 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), aseguró que los mercados no regulados se constituyen en mecanismos que se prestan, a través de la especulación excesiva, al fraude y la manipulación.
Señaló que en el mes de julio el precio del barril del petróleo aumentó diez dólares en un día y recientemente quedó perplejo al observar que el barril del crudo incrementó 25 dólares en su precio en un solo día.
“¿Cómo explicar eso? ¿Es qué de repente, en cuestión de un día, el mundo entero aumentó su demanda en forma tan brusca? ¿O es que de manera inesperada los pozos petroleros del mundo vieron su existencia desaparecer?”, se preguntó el presidente Fernández.
En el caso específico de la República Dominicana, el mandatario significó que desde el 2004 a la fecha, la factura petrolera pasó de mil 667 millones de dólares a una proyección de seis mil 500 millones para este año, lo que representa una diferencia de cerca de un 500 por ciento.
Entiende que con esa diferencia de cinco mil millones de dólares, la nación caribeña bien pudo haber financiado todas las inversiones públicas desde el 2008 al 2015, de acuerdo a las estipulaciones de costos de los Objetivos del Milenio.
Fernández igualmente, refirió que en los últimos cinco años el precio del trigo creció un 177 por ciento, el de la soya en un 196 por ciento y el maíz en un 214 por ciento.
Significó que mediante la aplicación de los nobles propósitos acordados en el año 2000, el mundo lo que pretende es vivir en condiciones de justicia social y equidad, con la creación de oportunidades para que cada ser humano pueda desarrollar sus potenciales creativas.
“Las naciones que han asumido el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio como una agenda verdadera y genuina transformación social, fijan su mirada, con optimismo y esperanza, en este sistema de Naciones para corregir esas distorsiones y enmendar tales desvaríos”, sentenció.
El presidente Fernández terminó su discurso confiado en que las inteligencias reunidas en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, buscarán importantes soluciones al problema que representa la especulación en el mercado no regulado de la venta a futuro del petróleo y de los alimentos.
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