EDAD 78 AÑOS
NACIONALIDAD URUGUAYO
NACIONALIDAD URUGUAYO
TRAYECTORIA MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE URUGUAY (1985-1988)
Enrique V. Iglesias es, probablemente, una de las figuras que conoce mejor la realidad económica de América Latina. Antes de ocupar la presidencia de la Secretaria General Iberoamericana --creada hace tres años para contribuir a la creación de la comunidad iberoamericana de naciones-- este economista y banquero de éxito dirigió durante casi dos décadas el Banco Interamericano de Desarrollo. Participa en Barcelona en un seminario sobre la clase media en América Latina.
Enrique V. Iglesias es, probablemente, una de las figuras que conoce mejor la realidad económica de América Latina. Antes de ocupar la presidencia de la Secretaria General Iberoamericana --creada hace tres años para contribuir a la creación de la comunidad iberoamericana de naciones-- este economista y banquero de éxito dirigió durante casi dos décadas el Banco Interamericano de Desarrollo. Participa en Barcelona en un seminario sobre la clase media en América Latina.
-- Hablemos de la crisis. ¿No es escandaloso que sea ahora el Estado el que salve al neoliberalismo?
--Sí, y entiendo perfectamente el sentimiento de la gente. Ahora bien, lo que hay que decir es que sería mucho más doloroso para todos que dejáramos caer todo el sistema.
--¿Está preparada América Latina para hacer frente a esta crisis?
--Más que nunca. Ahora sabemos manejar mejor nuestros problemas macroeconómicos. Hemos aprendido a controlar la inflación y disfrutamos como nunca de una gran capacidad exportadora. Hemos aumentado nuestras reservas en 450.000 millones de dólares. Nuestra experiencia del pasado nos ha convertido en especialistas en manejar crisis.
--La línea política del venezolano Hugo Chávez gana espacio en América Latina. ¿Le preocupa?
--No. Debemos aprender a convivir con las realidades políticas que nos tocan. En cierto sentido lo que estamos viendo es un impulso de algunos países que quieren ver una presencia más activa del Estado en los proyectos económicos. Lo que es muy interesante es que todos estos gobiernos que llegan con fuertes críticas al pasado terminan respetando las variables macroeconómicas. Tratan de mantener la economía en orden y de no caer en el pozo de las crisis inflacionarias.
-- Usted dijo en una ocasión que el populismo es mal consejero para la pobreza. ¿Es el caso de Venezuela?
--No me lleve a calificar los países, porque no lo voy a hacer. No es mi tarea. El populismo es un mal consejero porque se ha demostrado que tiene ganancias a corto plazo, pero, a la larga, lo que hace es profundizar la miseria y la pobreza.
--¿Y qué diferencias hay entre el populismo de ahora y el que prevaleció en el siglo pasado?
--Mire, yo creo que hay dos clases de populismo. El populismo con dinero y el que no lo tiene. Cuando se tiene dinero, las cosas son mucho más fáciles aunque los problemas se proyectan más tarde. Pero, en estos momentos, hay populismos que están amparados en la riqueza generada en los últimos años. La abundancia de recursos despierta tentaciones populistas. Diría que, con algunas excepciones, los países latinoamericanos han aplicado los beneficios en reducir la deuda, en aumentar las reservas y en objetivos sociales. Hemos sido mucho más prudentes ahora que antes en el manejo de la riqueza.
--¿A qué atribuye el avance de la izquierda en América Latina?
--Creo que en el fondo se debe a que las soluciones llamadas neoliberales no han dado los resultados sociales que se esperaban. Y eso ha generado cierta insatisfacción popular que ha dado lugar a sistemas políticos que han cuestionado el modelo económico prevaleciente.
--A este avance económico le ha acompañado un importante crecimiento económico que ha durado seis años...
--Bueno. Lo que pasa es que estamos cosechando muchos años de fracasos, pero también de lecciones aprendidas que están madurando. Ahora sabemos hacer las cosas mucho mejor. Hay que tener en cuenta que en el plano económico hemos tenido un mundo mucho más favorable del que tuvimos en las décadas precedentes. La combinación de saber hacer mejor las cosas, y un mundo que nos ha sonreído, ha dado lugar a este crecimiento económico.
--Dicen de usted que tiene buen olfato político. ¿Quién será el pró-ximo inquilino de la Casa Blanca?
-- Bueno, lo único que le puedo decir por ahora es que en este preciso momento la corriente va a favor de Barack Obama. Este podría ser el resultado.
--Sí, y entiendo perfectamente el sentimiento de la gente. Ahora bien, lo que hay que decir es que sería mucho más doloroso para todos que dejáramos caer todo el sistema.
--¿Está preparada América Latina para hacer frente a esta crisis?
--Más que nunca. Ahora sabemos manejar mejor nuestros problemas macroeconómicos. Hemos aprendido a controlar la inflación y disfrutamos como nunca de una gran capacidad exportadora. Hemos aumentado nuestras reservas en 450.000 millones de dólares. Nuestra experiencia del pasado nos ha convertido en especialistas en manejar crisis.
--La línea política del venezolano Hugo Chávez gana espacio en América Latina. ¿Le preocupa?
--No. Debemos aprender a convivir con las realidades políticas que nos tocan. En cierto sentido lo que estamos viendo es un impulso de algunos países que quieren ver una presencia más activa del Estado en los proyectos económicos. Lo que es muy interesante es que todos estos gobiernos que llegan con fuertes críticas al pasado terminan respetando las variables macroeconómicas. Tratan de mantener la economía en orden y de no caer en el pozo de las crisis inflacionarias.
-- Usted dijo en una ocasión que el populismo es mal consejero para la pobreza. ¿Es el caso de Venezuela?
--No me lleve a calificar los países, porque no lo voy a hacer. No es mi tarea. El populismo es un mal consejero porque se ha demostrado que tiene ganancias a corto plazo, pero, a la larga, lo que hace es profundizar la miseria y la pobreza.
--¿Y qué diferencias hay entre el populismo de ahora y el que prevaleció en el siglo pasado?
--Mire, yo creo que hay dos clases de populismo. El populismo con dinero y el que no lo tiene. Cuando se tiene dinero, las cosas son mucho más fáciles aunque los problemas se proyectan más tarde. Pero, en estos momentos, hay populismos que están amparados en la riqueza generada en los últimos años. La abundancia de recursos despierta tentaciones populistas. Diría que, con algunas excepciones, los países latinoamericanos han aplicado los beneficios en reducir la deuda, en aumentar las reservas y en objetivos sociales. Hemos sido mucho más prudentes ahora que antes en el manejo de la riqueza.
--¿A qué atribuye el avance de la izquierda en América Latina?
--Creo que en el fondo se debe a que las soluciones llamadas neoliberales no han dado los resultados sociales que se esperaban. Y eso ha generado cierta insatisfacción popular que ha dado lugar a sistemas políticos que han cuestionado el modelo económico prevaleciente.
--A este avance económico le ha acompañado un importante crecimiento económico que ha durado seis años...
--Bueno. Lo que pasa es que estamos cosechando muchos años de fracasos, pero también de lecciones aprendidas que están madurando. Ahora sabemos hacer las cosas mucho mejor. Hay que tener en cuenta que en el plano económico hemos tenido un mundo mucho más favorable del que tuvimos en las décadas precedentes. La combinación de saber hacer mejor las cosas, y un mundo que nos ha sonreído, ha dado lugar a este crecimiento económico.
--Dicen de usted que tiene buen olfato político. ¿Quién será el pró-ximo inquilino de la Casa Blanca?
-- Bueno, lo único que le puedo decir por ahora es que en este preciso momento la corriente va a favor de Barack Obama. Este podría ser el resultado.
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