sábado, 2 de septiembre de 2006

EL BALAGUERISMO VIVE Y ESTA PRESENTE EN LA MAYORIA DE REPUBLICA DOMINICANA


Política

Listín Diario 2 de septiembre de 2006

BALAGUER: POLÍTICO INFLUYENTE Y CON UNA VISIÓN DE MODERNIDAD

ANTONIO GIL

Joaquín Balaguer fue un destacado político y escritor, pero también un convincente orador que cautivaba al auditorio que seguía sus discursos.

SANTO DOMINGO.- Joaquín Balaguer fue el político de más influencia en la vida pública nacional durante el siglo XX y los primeros años de este siglo XXI, siete veces presidente, cuatro veces reelegido y en dos oportunidades entregó el mando a opositores que lo derrotaron en elecciones.

Es tenido como un conservador en términos políticos, pero en sus gobierno fue capaz de iniciar proyectos audaces de reformas sociales de gran impacto en la estructura social, como la redistribución de la propiedad rural con el llamado Código Agrario de 1972, la diseminación de la propiedad urbana a través de la construcción de viviendas de bajo costo, el fomento masivo de industrias y empresas privadas, a través de leyes y obras públicas, y se le considera el fomentador o creador de la clase media predominante hoy en el país.

Como legado político, en La Isla al Revés, una de sus obras más controvertidas, dejó la propuesta para la creación de un Estado Federado entre la República Dominicana y Haití.

Su programa de obras públicas hasta ahora no ha podido ser superado. En su última administración llegó a mantener por años una inversión pública de más de la mitad del presupuesto del Estado, cosa que se invirtió totalmente desde que fue desalojado del poder en 1996.

Antes que Balaguer, durante el siglo XX, el presidente Horacio Vásquez fue tenido como el político más influyente de forma continuada. Balaguer es superado únicamente por el dictador Rafael Trujillo, como el hombre que más tiempo ha gobernado desde la fundación de la República.

Trujillo mantuvo su gobierno dictatorial 31 años, mientras que Balaguer gobernó durante 24 años, 22 de los cuales lo hizo tras la caída de la dictadura.

Sobre la fecha de su nacimiento en Navarrete, Santiago, existe una controversia, ya que fue declarado en el registro civil como nacido el primero de septiembre del 1907, pero el mismo Balaguer explica en su libro autobiográfico Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo, que su hermana Lidia, quien llevaba un diario, registró su nacimiento justo un año antes. Por esta razón, él mismo da por sentado que esa es su real fecha de nacimiento. Atribuyó esta diferencia a que fue declarado por su padrino Ulises Franco Bidó, seis años después de su nacimiento.

Su interés por la vida pública, según él relata en varios de sus escritos, comenzó escuchando a los oradores que se distinguieron en Santiago por sus discursos de barricada en las calles contra la ocupación militar estadounidense entre 1916 y 1924.

Recuerda como uno de los que influenció más en él a Bimbo González a quien definió como un “orador popular, de escasa instrucción pero cuya palabra incendiaria no carecía de magnetismo.” Ya anciano, Balaguer recordaba de memoria una de frases de González que más le impactó en aquellos años: “Los marinos norteamericanos son buitres vestidos de canarios.”

Aunque fue tenido como uno de los intelectuales más sólidos de su tiempo con una oratoria subyugante, Balaguer confiesa que en sus primeros años en la escuela tuvo serias dificultades con el abecedario y que prefería la vida en libertad que le permitía comer las frutas que tomaban con desparpajo en las fincas que rodeaban su Navarrete nativo y bañarse en el río Yaque del Norte.

Esta imagen de Balaguer contrasta con la que dejó entre sus compañeros de estudio en Santiago de los Caballeros, donde se le conoció por su devoción por la lectura y por ser un joven taciturno.

Comenzó a participar en la vida pública como orador de barricada en aquellos años de la ocupación estadounidense. Se inscribía entonces en el movimiento que exigía la desocupación “Pura y Simple”.

Coincidió su graduación como bachiller con la desocupación en 1924 y entonces comenzó a trabajar como “gacetillero”, según él mismo se define, en el diario La Información, el que todavía se publica en la ciudad de Santiago.

En la década del 1920, Balaguer relata en sus narraciones autobiográficas que conoció y se vinculó con políticos como Rómulo Betancourt, quien se encontraba exiliado de la dictadura de Juan Vicente Gómez y luego llegaría a ser presidente de Venezuela; Pedro Albizu Campos, líder independentista de Puerto Rico, y figuras literarias como el poeta español Francisco Villaespesa.

Concluyó su carrera de Derecho casi al mismo tiempo que Rafael Trujillo asumió el poder en 1930. Balaguer había participado en el movimiento cívico que derrocó a Horario Vásquez porque era uno de los seguidores de Rafael Estrella Ureña, quien primero estuvo vinculado a Trujillo y luego fue perseguido por el tirano.

En segunda nupcias Trujillo se casó con Bienvenida Ricardo, tía de Balaguer. Esto le permitió acercarse en cierta forma a Trujillo. Desempeñó varios cargos públicos en el país, entre ellos secretario de Educación y de Relaciones Exteriores, así como también en legaciones diplomáticas dominicanas en el exterior. Sus años en el extranjero los aprovechó para estudiar en universidades de España, Francia, México y Colombia.

En los últimos años del régimen de Trujillo, Balaguer fue llamado a ocupar la vicepresidencia de la República, mientras que Héctor Bienvenido Trujillo Molina, hermano del dictador, ocupaba la Presidencia.

En esa posición estaba cuando sicarios de Trujillo intentaron el asesinato del presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt. La Organización de los Estados Americanos (OEA) impuso sanciones económicas al país y el régimen dictatorial se tambaleó. Trujillo hizo aparentar que dejaba el poder junto con sus familiares. Héctor Bienvenido renunció a la Presidencia y Balaguer, entonces, ocupó esa posición.

Se encontraba como presidente justo cuando Trujillo fue ajusticiado en la autopista a San Cristóbal, el 30 de mayo de 1961. Balaguer maniobró en el poder hasta que los Trujillo salieron al exilio luego de un levantamiento militar el 19 de noviembre en la base aérea de Santiago comandado por el general Pedro Rafael Ramón Rodríguez Echavarría.

Aviones comandados por Rodríguez Echavarría bombardearon e inutilizaron ese día la pista de la base principal en San Isidro, al este de Santo Domingo, para impedir una reacción de los que todavía eran fieles a los Trujillo. Finalmente hubo un levantamiento en todo el país y los Trujillo se marcharon.

Balaguer entonces disolvió el Partido Dominicano, la fuerza política que había creado Trujillo al inicio de la dictadura, disolvió al Congreso Nacional, permitió el retorno de los exiliados antitrujillistas y creó un Consejo de Estado para gobernar por un año hasta la celebración de elecciones.

Sin embargo, el Consejo de Estado presidido por Balaguer no se sostuvo en el poder. Luego de una serie de revueltas populares Balaguer salió al exilio y finalmente se instaló el Consejo de Estado presidido por Rafael F. Bonelly.

Sobre el pueblo

Balaguer fue depuesto en enero de 1962 y salió al exilio. Durante la administración de Bosch, trató de ingresar al país pero le fue negado el permiso. Bosch fue derrocado el 25 de septiembre de 1963. Se creó un Triunvirato que gobernó hasta la guerra civil del 24 de abril de 1965.

Balaguer retornó en julio de ese año. Balaguer tenía una concepción religiosa que florecía en sus discursos e inducía en quienes lo escuchaban su creencia de que en cierta forma la existencia misma de la República Dominicana era resultado de la Providencia Divina.

“Somos un pueblo predestinado al que Dios siempre ha asistido

cuando las iras de la naturaleza o los errores de los hombres han puesto en peligro su existencia,” decía en 1960. Define al pueblo dominicano como “el más español y más tradicionalista de América”.

En otro aspecto, es capaz de emitir juicios muy duros sobre los dominicanos. En Los Carpinteros, Balaguer afirmó que “el dominicano es

arribista y sólo espera una ocasión que le sea propicia para subir al carro de los triunfadores.”

Asimismo, en esta obra, pone a uno de sus protagonistas a afirmar, “que no hay dominicano que no se deje conquistar por un arma. La mayoría de ellos cambiaría a su mujer por un arma. Agradecen más que se les regale una correa llena de tiros que una casa.”

Propuesta

Para muchos de sus opositores y aún para muchos haitianos, Balaguer es el político dominicano más antihaitiano. Sin embargo, en La Isla al Revés, Balaguer propone la creación una confederación entre ambas naciones.

“La población más numerosa no puede echar al mar a la menos prolífica”, advierte Balaguer en La Isla al Revés. Agrega que “Haití y Santo Domingo, arrinconados fatalmente en una misma isla, ambas codiciadas por las grandes potencias de otras épocas y ambas objeto de la misma explotación en nombre de una ‘cruzada civilizadora’, pueden y deben adelantarse al viejo ideal de Hostos y de Betances, comportido por Petión y por Gregorio Luperón, sobre la confederación antillana.” Balaguer sugiere una constitución común a ambos estados.

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