Latinoamérica, el continente de la esperanza, es también tierra de María
Bogotá, (EFE).- El culto a la Virgen María, que tuvo un efecto decisivo en la evangelización de Latinoamérica, donde muchas culturas veneraban deidades femeninas, sigue muy vivo en lo que hoy es la principal cantera de fieles para la Iglesia católica.
En el "continente de la esperanza", como lo denominó el Papa Juan Pablo II por tener casi la mitad de los 1.300 millones de católicos del mundo, la Virgen de Lourdes, de cuya primera aparición se cumplen 150 años el 11 de febrero, no es, sin embargo, la advocación que más fervor despierta.
Se trata de una "advocación más bien de fuera de nuestro continente, con manifestaciones muy localizadas en algunos puntos específicos", dijo a Efe el sacerdote David Gutiérrez, responsable de prensa del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
Explicó que en Latinoamérica la festividad de Nuestra Señora de Lourdes se dedica, tal como lo proclamó Juan Pablo II, a la oración mundial por los enfermos, y que no hay previsto nada especial por el aniversario.
Gutiérrez destacó la preeminencia de la Virgen de Guadalupe entre las numerosas manifestaciones del culto mariano en América.
Trescientos veintisiete años antes de que María Inmaculada se apareciera a la pastorcita Bernardette de Soubirous en los Pirineos franceses, una virgen "morena", como mucha otras en un continente de gentes de tez más oscura, se manifestó al indígena Juan Diego en el cerro de Tepeyac, cercano a la capital mexicana.
Como prueba de sus apariciones, en diciembre de 1531 la Virgen de Guadalupe dejó impresa su imagen en un "ayate" (especie de sayal) que hoy se venera en la basílica más visitada de América, con casi 20 millones de fieles cada año.
Desde 1910 la Virgen de Guadalupe, también llamada del Tepeyac, es oficialmente la Patrona de América Latina, además de "Reina" de México, el segundo país con mayor número de católicos del mundo.
Otra virgen "morena" y americana, Nuestra Señora Aparecida, patrona de Brasil, es venerada en el santuario del mismo nombre, en el estado de Sao Paulo, visitado en mayo del 2007 por el Papa Benedicto XVI.
La leyenda dice que una figura de la virgen apareció en 1717 a unos pescadores en el río Paraíba, de ahí su nombre, y que su primer milagro fue una abundante pesca para surtir un banquete de un gobernador que pasaba por la aldea.
Un mestizo llamado Plácido halló en 1700 una imagen de la brasileña "Nuestra Señora de Nazaré" o María Ramos, una mujer a quien su marido le era infiel, inició en 1586 el culto a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, patrona de Colombia.
Esta devoción se extendió a Venezuela a partir de 1749 de la mano de una lavandera que encontró flotando en un lago una tabla en la que luego apareció la imagen.
En 1976 la Iglesia reconoció que la virgen se apareció en Betania (Venezuela) a María Medrano y después a entre 500 y 1.000 personas, según fuentes del obispado.
La Virgen de la Caridad del Cobre es la Patrona de Cuba desde 1608 cuando un niño negro llamado Juan Moreno y los hermanos Juan y Rodrigo de Hoyos iban en una canoa y vieron flotar una tabla que decía: "Yo soy la Virgen de la Caridad".
La imagen fue trasladada al pueblo de Barajaguas y años más tarde a la Parroquia del Cobre, en Santiago de Cuba, lugares de los que desaparecía y reaparecía.
Aunque sin crédito oficial de la Iglesia, en Puerto Rico algunos devotos recuerdan cada año las supuestas apariciones en 1953 de la Virgen del Pozo en el pueblo de Sabana Grande.
En República Dominicana se venera la Virgen de Altagracia, traída de España a comienzos del siglo XVI y rodeada de leyendas sobre una niña que la vio en sueños y de su ayuda en batallas ganadas a los franceses que querían ocupar La Española en el siglo XVII.
La virgen con más devotos en Uruguay es Nuestra Señora de los Treinta y Tres, ligada a la independencia del país.
Argentina no es la excepción de las apariciones a gente humilde y hace casi 25 años la virgen se manifestó en San Nicolás a Gladys Quiroga de Motta, a quien le pidió el rezo del rosario y la re-entronización de una imagen de madera de la Virgen del Rosario, guardada en un campanario, hecho sobre el cual el Vaticano no se ha pronunciado oficialmente.
En Honduras el caso más representativo es el hallazgo de la imagen de la Virgen de Suyapa, patrona del país, hace 261 años por unos campesinos.
De piel morena, la Virgen de los Ángeles, llamada cariñosamente por los fieles como "La Negrita", se apareció en 1635 a la niña indígena Juana Pereira en una piedra en lo que ahora es la ciudad de Cartago, en Costa Rica.
En Nicaragua se cuentan cinco apariciones con un mensaje de paz de la Virgen de Cuapa al campesino Bernardo Martínez, sacristán de la capilla de ese lugar en 1980, época en la que el país estaba en guerra civil.
El Salvador, Guatemala y Panamá no registran apariciones marianas reconocidas por la Iglesia y lo mismo ocurre en Chile.
En Perú, la Virgen de la Candelaria, patrona de la región andina de Puno, está asociada al culto prehispánico a la Pachamama (madre tierra), y de su veneración apareció posteriormente el de la Virgen de Chapi, en Arequipa.
Nuestra Señora del Quinche, patrona de Ecuador, es venerada desde finales del siglo XVI cuando apareció en una cueva a unos indios oyacachi, a los que prometió librarlos de unos osos si le construían un templo. Desde 1594 también tiene devotos la Virgen de El Cisne.
Las vírgenes más conocidas de Bolivia son las de Copacabana, Urcupiña y Cotoca.
La Conferencia Episcopal "acepta" la devoción que despiertan "aunque no entra a hacer reconocimientos" sobre supuestas apariciones, entre ellas, a una pastorcita como Bernardette de Lourdes y a unos fugitivos injustamente acusados de asesinato. EFE
Bogotá, (EFE).- El culto a la Virgen María, que tuvo un efecto decisivo en la evangelización de Latinoamérica, donde muchas culturas veneraban deidades femeninas, sigue muy vivo en lo que hoy es la principal cantera de fieles para la Iglesia católica.
En el "continente de la esperanza", como lo denominó el Papa Juan Pablo II por tener casi la mitad de los 1.300 millones de católicos del mundo, la Virgen de Lourdes, de cuya primera aparición se cumplen 150 años el 11 de febrero, no es, sin embargo, la advocación que más fervor despierta.
Se trata de una "advocación más bien de fuera de nuestro continente, con manifestaciones muy localizadas en algunos puntos específicos", dijo a Efe el sacerdote David Gutiérrez, responsable de prensa del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
Explicó que en Latinoamérica la festividad de Nuestra Señora de Lourdes se dedica, tal como lo proclamó Juan Pablo II, a la oración mundial por los enfermos, y que no hay previsto nada especial por el aniversario.
Gutiérrez destacó la preeminencia de la Virgen de Guadalupe entre las numerosas manifestaciones del culto mariano en América.
Trescientos veintisiete años antes de que María Inmaculada se apareciera a la pastorcita Bernardette de Soubirous en los Pirineos franceses, una virgen "morena", como mucha otras en un continente de gentes de tez más oscura, se manifestó al indígena Juan Diego en el cerro de Tepeyac, cercano a la capital mexicana.
Como prueba de sus apariciones, en diciembre de 1531 la Virgen de Guadalupe dejó impresa su imagen en un "ayate" (especie de sayal) que hoy se venera en la basílica más visitada de América, con casi 20 millones de fieles cada año.
Desde 1910 la Virgen de Guadalupe, también llamada del Tepeyac, es oficialmente la Patrona de América Latina, además de "Reina" de México, el segundo país con mayor número de católicos del mundo.
Otra virgen "morena" y americana, Nuestra Señora Aparecida, patrona de Brasil, es venerada en el santuario del mismo nombre, en el estado de Sao Paulo, visitado en mayo del 2007 por el Papa Benedicto XVI.
La leyenda dice que una figura de la virgen apareció en 1717 a unos pescadores en el río Paraíba, de ahí su nombre, y que su primer milagro fue una abundante pesca para surtir un banquete de un gobernador que pasaba por la aldea.
Un mestizo llamado Plácido halló en 1700 una imagen de la brasileña "Nuestra Señora de Nazaré" o María Ramos, una mujer a quien su marido le era infiel, inició en 1586 el culto a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, patrona de Colombia.
Esta devoción se extendió a Venezuela a partir de 1749 de la mano de una lavandera que encontró flotando en un lago una tabla en la que luego apareció la imagen.
En 1976 la Iglesia reconoció que la virgen se apareció en Betania (Venezuela) a María Medrano y después a entre 500 y 1.000 personas, según fuentes del obispado.
La Virgen de la Caridad del Cobre es la Patrona de Cuba desde 1608 cuando un niño negro llamado Juan Moreno y los hermanos Juan y Rodrigo de Hoyos iban en una canoa y vieron flotar una tabla que decía: "Yo soy la Virgen de la Caridad".
La imagen fue trasladada al pueblo de Barajaguas y años más tarde a la Parroquia del Cobre, en Santiago de Cuba, lugares de los que desaparecía y reaparecía.
Aunque sin crédito oficial de la Iglesia, en Puerto Rico algunos devotos recuerdan cada año las supuestas apariciones en 1953 de la Virgen del Pozo en el pueblo de Sabana Grande.
En República Dominicana se venera la Virgen de Altagracia, traída de España a comienzos del siglo XVI y rodeada de leyendas sobre una niña que la vio en sueños y de su ayuda en batallas ganadas a los franceses que querían ocupar La Española en el siglo XVII.
La virgen con más devotos en Uruguay es Nuestra Señora de los Treinta y Tres, ligada a la independencia del país.
Argentina no es la excepción de las apariciones a gente humilde y hace casi 25 años la virgen se manifestó en San Nicolás a Gladys Quiroga de Motta, a quien le pidió el rezo del rosario y la re-entronización de una imagen de madera de la Virgen del Rosario, guardada en un campanario, hecho sobre el cual el Vaticano no se ha pronunciado oficialmente.
En Honduras el caso más representativo es el hallazgo de la imagen de la Virgen de Suyapa, patrona del país, hace 261 años por unos campesinos.
De piel morena, la Virgen de los Ángeles, llamada cariñosamente por los fieles como "La Negrita", se apareció en 1635 a la niña indígena Juana Pereira en una piedra en lo que ahora es la ciudad de Cartago, en Costa Rica.
En Nicaragua se cuentan cinco apariciones con un mensaje de paz de la Virgen de Cuapa al campesino Bernardo Martínez, sacristán de la capilla de ese lugar en 1980, época en la que el país estaba en guerra civil.
El Salvador, Guatemala y Panamá no registran apariciones marianas reconocidas por la Iglesia y lo mismo ocurre en Chile.
En Perú, la Virgen de la Candelaria, patrona de la región andina de Puno, está asociada al culto prehispánico a la Pachamama (madre tierra), y de su veneración apareció posteriormente el de la Virgen de Chapi, en Arequipa.
Nuestra Señora del Quinche, patrona de Ecuador, es venerada desde finales del siglo XVI cuando apareció en una cueva a unos indios oyacachi, a los que prometió librarlos de unos osos si le construían un templo. Desde 1594 también tiene devotos la Virgen de El Cisne.
Las vírgenes más conocidas de Bolivia son las de Copacabana, Urcupiña y Cotoca.
La Conferencia Episcopal "acepta" la devoción que despiertan "aunque no entra a hacer reconocimientos" sobre supuestas apariciones, entre ellas, a una pastorcita como Bernardette de Lourdes y a unos fugitivos injustamente acusados de asesinato. EFE
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