Opinión
Dios, el poder y los milagros
A menudo nos da la impresión que está de moda “buscar del Señor”, como dicen y escriben algunos, o ser “tocados”, al fin, por su gracia en estas sociedades inmersas en la rebatiña por lo material y los protagonismos, a menudo estridentes
Por Emilia Pereyra / El Caribe
Viernes 7 de diciembre del 2007
Causa particular sorpresa la constante búsqueda espiritual y existencial que se manifiesta en conversaciones personales y en testimonios ofrecidos espontáneamente por destacados profesionales y artistas de reconocida popularidad.
A menudo nos da la impresión que está de moda “buscar del Señor”, como dicen y escriben algunos, o ser “tocados”, al fin, por su gracia en estas sociedades inmersas en la rebatiña por lo material y los protagonismos, a menudo estridentes.
Sin embargo, más que observar el fenómeno con cierto escepticismo, porque abundan los profetas que no hacen corresponder su decir con su quehacer, creo que es conveniente estimular a que toda la gente cultive una vida espiritual que le acerque más a la bondad, al perdón y a la anhelada armonía que deseamos hasta cansarnos en cada Navidad, en cada Año Nuevo, en cada abrazo dado al vecino, al amigo o el compañero de labores.
Si Dios y Jesucristo están de moda, ¡enhorabuena!; si la meditación es cada vez más practicada, ¡maravilloso!; si la contemplación de un bello atardecer provoca dicha, ¡extraordinario! Si la meditación Zen es muy practicada, ¡qué bueno! Todos esos recursos, a nuestro alcance, pueden hacer más llevadero nuestro paso por este valle de conflictos e incomprensiones.
Revitalizarnos con las bellezas del ambiente, con la oración o la contemplación siempre será mucho mejor que consumir drogas o litros de alcohol o causar perjuicios a quienes ni siquiera los andan buscando.
Ahora surgen muchas apuestas por la búsqueda espiritual y la oración. Existe una literatura abundante y profunda al respecto y la gente acude esperanzada a sus páginas. A propósito, el escritor Luis R.
Santos promueve el libro “El día más feliz de mi vida” y entre las novedades de estos días navideños hemos hallado en librerías como Mateca un pequeño y hermoso libro titulado “Cien oraciones milagrosas”, de Ediciones Dogo, que estimula al diálogo con el Creador y promueve la búsqueda de la armonía y la introspección.
Son libros que nos proponen cultivar la fe en nosotros mismos y en el Creador, pero sobre todo contribuyen a que en esta época de Navidad, de fastos y muchas remembranzas, tendamos a tranquilizar el espíritu, a que busquemos en el silencio y las palabras bienhechoras lo que no podemos hallar en la vocinglería de las selvas de cemento en que nos encontramos atrapados cada día.
Emilia Pereyra es periodista y escritora
empereyra22@yahoo.es
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