domingo, 29 de junio de 2008

Cada 100 años un meteorito impacta sobre la Tierra

LA SEGURIDAD DEL MUNDO Y LOS METEORITOS
El infierno llegó sin advertencia previa: el 30 de junio de 1908, un brillante rayo iluminó el cielo sobre Siberia.Una gigantesca ola de presión pasó a toda velocidad por el bosque y derribó a los árboles como si fueran mondadientes. Hubo varias oleadas de sismos y de presión atmosférica alrededor de la Tierra.Qué había pasado? Un meteorito de roca, presumiblemente de sólo 20 metros de diámetro, explotó a una altura de entre 10 y 20 kilómetros sobre el río Tunguska, en Siberia oriental.
"Sobre unos 2.000 kilómetros cuadrados, el bosque estaba tumbado en forma de estrella", explicó el astrofísico y experto en asteroides Gerhard Neukum.El lugar del hecho sólo fue descubierto 19 años después, por una expedición realizada en 1927. Sin embargo, no se halló un cráter y tampoco se encontraron fragmentos de meteoritos.
Esto dio pie para todo tipo de especulaciones sobre la causa. "Pero científicos rusos concluyeron prácticamente sin dudas que había sido un meteorito de roca", dijo Neukum.Según cálculos de la agencia espacial estadounidense NASA, un impacto cósmico similar puede ocurrir una vez cada alrededor de 100 años. Se estima que 100.000 objetos como el que produjo el evento de Tunguska flotan en el espacio cerca de la órbita de la Tierra.La próxima catástrofe ya tiene fecha: justamente un viernes 13, el asteroide Apophis, de 300 metros de diámetros, impactará en la Tierra. Para el asteroide, que lleva el nombre nombre griego del demonio egipcio Apep, representación del mal y del caos, existe provisoriamente una probabilidad de impacto de 1 a 37 para el 13 de abril de 2029."Un choque semejante podría eliminar a todo un país del mapa", explicó Neukum. Sin embargo, nuevas observaciones dejaron rápidamente claro en el caso de Apophis que en 2029, la Tierra no estará expuesta a ningún peligro."En promedio se espera cada 100 años el impacto de un meteorito de roca o de hielo de un diámetro mayor a los 50 metros", calculó la NASA. "Si ocurre sobre una ciudad, habrá miles de muertos", advirtió Neukum, quien tiene sobre su escritorio en la Universidad Libre de Berlín un modelo del asteroide Toutatis.Este objeto de forma de papa tiene en realidad cinco kilómetros de diámetro y, según está convencido Neukum, impactará "de todos modos" en algún momento, aun si pueden faltar para ello todavía millones de años.Con un tamaño casi la mitad del del meteorito Chicxulub, que causó la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años, el Toutatis también tiene el potencial de causar una devastación total. "Es un asesino", subrayó el experto.Sólo la NASA tiene actualmente un programa de observación sistemático de cuerpos celestes. El "Near Earth Object Program" descubrió hasta ahora unos 1.000 objetos potencialmente peligrosos. "'Potencial' no significa que un objeto impacte de todos modos", subrayaron los investigadores de la agencia estadounidense.Por este motivo nadie debería preocuparse excesivamente. "La amenaza que representan para los individuos los accidentes de tránsito, las enfermedades, otras catástrofes naturales o una gran cantidad de otros problemas es mucho mayor que los objetos cercanos a la Tierra". A largo plazo, el riesgo de impacto no puede ser descuidado y justifica una vigilancia sistemática. Con suficiente tiempo de advertencia, un meteorito que amenaza la Tierra podría ser desviado, de manera tal de pasar al lado del planeta. Al respecto hay diferentes ideas. La popular voladura de un meteorito como se ve en las películas de Hollywood debería ser evitada en lo posible, subrayó la NASA. "Eso sólo causa un problema mayor cuando todos los fragmentos caen a la Tierra". Una bomba de hidrógeno, encendida sobre la superficie del asteroide, podría calentar el material superficial de un lado tanto como para desprenderse y la fuerza de reacción podría sacar al objeto de su órbita. Dependiendo del tiempo de alerta y la órbita, también se podría alcanzar con montar una hoja muy reflectante de un lado del asteroide, de manera tal de absorber allí menos radiación solar, lo que a su vez causaría una leve modificación de la órbita. Que en principio este tipo de misiones son realizables fue demostrado, entre otros, con la sonda de la NASA "Deep Impact", que hace tres años disparó con mucha precisión un proyectil contra el cometa Tempel 1. Según los cálculos más recientes de la NASA, Apophis se acercará el 13 de abril de 2029 a la Tierra hasta una distancia de sólo 30.000 kilómetros, es decir sólo un décimo de la distancia a la Luna y hasta menos que a gran cantidad de satélites de comunicaciones, navegación y meteorológicos. Debido a la posición exacta de la órbita del meteorito, la NASA sostiene que no ocurrirá una colisión con esos satélites geoestacionarios. En días de cielo claro, se puede observar a simple vista el asteroide como un punto luminoso que pasa por el firmamento.

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