miércoles, 4 de junio de 2008


Obama hace historia; Clinton no acepta derrota
TOM RAUM y NEDRA PICKLER / AP
ST. PAUL, Minnesota

WASHINGTON --El senador Barack Obama aseguró el martes la nominación presidencial demócrata, un paso histórico hacia su objetivo, antes aparentemente poco probable, de convertirse en el primer presidente negro del país. Hillary Clinton maniobró en busca de la vicepresidencia sin aceptar la derrota.
Ante una muchedumbre de miles de partidarios entusiastas en St. Paul, Obama reclamó la nominación presidencial del Partido Demócrata.
"Pueblo, éste es nuestro momento'', afirmó el senador de 46 años y ex organizador comunitario en su primera presentación como nominado demócrata en espera de la aprobación oficial. "Esta es nuestra hora. Nuestra hora para doblar la página en la política del pasado''.
"Esta noche marca el final de un camino histórico y el comienzo de otro, un recorrido que traerá un día nuevo y mejor para Estados Unidos'', dijo Obama a sus partidarios reunidos en el Centro de Energía Xcel.
"Esta noche puedo pararme ante ustedes y decir que seré el nominado demócrata a la presidencia de Estados Unidos''.
La victoria de Obama arranca una campaña de cinco meses contra el senador John McCain, republicano por Arizona, una lid entre un hombre de 46 años que se opone a la guerra en Irak y un ex prisionero de guerra en Vietnam de 71 años y defensor a ultranza de la misión militar estadounidense en Irak.
Los dos se criticaron mutuamente sobre el tema de la guerra de Irak y trataron de reclamar el manto del cambio en un país evidentemente harto del status quo.
"No hay cambio alguno cuando John McCain decidió apoyar a George Bush el 95 por ciento de las veces, como hizo en el Senado el año pasado'', aseguró Obama en declaraciones en St. Paul.
"No hay cambio cuando ofrece otros cuatro años de la fracasada política económica de Bush, que no ha creado empleos bien pagados... Y no hay cambio alguno cuando promete continuar en Irak una política que lo exige todo de nuestros valientes hombres y mujeres militares y nada de los políticos iraquíes''.
En un gesto simbólico, habló en la misma sala donde McCain aceptará la nominación republicana en la convención de su partido en septiembre.
McCain habló primero, en New Orleans, y acusó a su joven rival de votar "para negar fondos a los soldados que han realizado una labor brillante y valiente'' en Irak. Fue una referencia al proyecto de ley del 2007 para financiar la guerra en Irak, medida a la que Obama se opuso alegando la falta de un cronograma para la retirada de ese país.
En la última noche de las primarias, Clinton ganó la de Dakota del Sur, mientras que Obama se llevó el triunfo en Montana.
La ex primera dama elogió a su rival, de quien dijo "ha inspirado a tantos estadounidenses a interesarse por la política y ha impulsado a muchos más a que participen. Y como resultado nuestro partido y nuestra democracia son más fuertes y vibrantes''.
Sin embargo, no reconoció el triunfo de Obama ni ofreció ningún tipo de concesión.
En su lugar, dijo que pasará los próximos días decidiendo "cómo seguir avanzando, guiando mi camino sobre la base de los mejores intereses de nuestro país y de nuestro partido''.
En los comicios en ambos estados sólo había 31 delegados en juego.
Obama aseguró su nominación, según un conteo de The Associated Press sobre la base de las primarias, concilios y superdelegados. Se requieren 2,118 delegados para asegurar la nominación en la convención de Denver a mediados de año y Obama tenía 2,144, según el conteo de la AP.
Obama, de 46 años --la misma edad que tenía John F, Kennedy cuando lanzó su nominación presidencial-- superó a Clinton, que era la favorita del Partido Demócrata, gracias a una formidable maquinaria política, una organización impecable en materia de recaudación de fondos y un gran carisma personal. Incluso sus rivales admiten que no hay un fenómeno político parecido en Estados Unidos desde Kennedy.
Su victoria se ha dado por hecho ampliamente desde hace varias semanas. Pero la declaración de Clinton de tener interés en convertirse en la compañera de boleta de Obama fue algo completamente inesperado.
Clinton lo expresó en una llamada a su delegación en el Congreso después que la representante Nydia Velázquez pronosticó que Obama tendría gran dificultad para ganar el respaldo de los hispanos y otros grupos de votantes a menos que la ex primera dama se incluya en la boleta.
"Estoy abierta a esa posibilidad'' si ello ayuda a las posibilidades en noviembre, respondió Clinton, según algunos participantes que hablaron a condición de no ser identificados por la llamada era privada.
Los comentarios de Clinton sacaron a la luz la posibilidad de lo que muchos demócratas llaman una "boleta de ensueño'' que incluiría a un negro y a una mujer, pero los asesores de Obama se mostraron reservados.
"No estamos en la fase presidencial. Vamos a cerrar la contienda por la nominación y entonces lo consideraremos'', le dijo David Axelrod, principal estratega de Obama, a la prensa a bordo de un avión camino a Minnesota.
El éxito del joven senador por Illinois se convirtió en una victoria de la esperanza sobre la experiencia, ganó terreno a través de 56 reñidas primarias que pusieron a prueba la capacidad política y la fuerza de todos los participantes.
Obama representa la esperanza y el cambio. Clinton era la candidata con la experiencia y estaba lista, como dijo, para ser presidenta desde el primer día.
Juntos establecieron un récord tras otro de asistencia en una primaria tras otra, en total más de 34 millones de votantes, tanto independientes como republicanos y demócratas.
Sin embargo, el enfrentamiento entre un negro y una mujer sacó a la luz profundas divisiones raciales y de género dentro del partido.
Obama obtuvo el respaldo de los negros, de los jóvenes, los más liberales y los votantes más acaudalados en muchos estados. Clinton era la preferida de las personas mayores, los más pobres y, desde luego, las mujeres.



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