Izquierdista y militar van segunda vuelta Guatemala
Por Anahí Rama
CIUDAD DE GUATEMALA (Reuters) - Un izquierdista moderado y un general retirado que propone mano dura contra la rampante delincuencia pelearán por la presidencia de Guatemala en una segunda ronda electoral tras las cerradas elecciones del domingo, según los resultados oficiales del lunes.
Alvaro Colom obtenía un 28.33 por ciento de los votos y Otto Pérez Molina -jefe de la temida unidad de inteligencia militar en parte de la sangrienta guerra civil (1960-1996)- un 23.75 por ciento, cuando se habían contabilizado el 96.34 por ciento de las mesas, dijo el Tribunal Supremo Electoral.
Cualquiera de los dos candidatos estaría más cerca del triunfo en segunda vuelta si logra un alianza con el oficialista Alejandro Giammattei, tercero con un 17.12 por ciento de los votos, según analistas. Giammattei y Pérez Molina son más afines en su ideología.
Colom, un ingeniero y empresario de 56 años que promete reducir la pobreza que agobia a la mitad de los 13 millones de guatemaltecos, lideró por meses los sondeos, pero ahora deberá luchar codo a codo por la presidencia contra Pérez Molina, que ganó adeptos en las últimas semanas con su discurso de mano dura.
"Dos o tres puntos arriba o abajo para nosotros de cualquier manera es una ganancia, es un éxito (...) Estamos completamente seguros de que en la segunda vuelta los remontamos con creces," dijo Pérez Molina a periodistas.
Guatemala está inmersa en una espiral de violencia, y meses antes del sufragio la carrera electoral estuvo salpicada de sangre: unos 50 políticos y activistas fueron asesinados en crímenes vinculados al narcotráfico y a otros grupos armados.
Mientras las pandillas toman control de barrios en varias ciudades, cobran extorsiones por no asesinar y obligan a los pobladores a formar grupos de autodefensa, la tasa de asesinatos se disparó a uno de los mayores niveles del mundo.
Pérez Molina, de 56 años, avanzó con una agresiva campaña entre una población harta de la delincuencia. El candidato propone usar al Ejército para combatirla.
"Como ciudadano me gustaría que agarraran a los pandilleros y los llevaran a la cárcel. Por lo menos dejarían respirar un poco al pueblo," dijo a Reuters José Martínez, un vendedor ambulante en el centro de la capital.
MANO DURA VS. ABUSOS
Pero, Colom y grupos de derechos humanos advirtieron que las propuestas de mano dura en el pasado dieron lugar a abusos por parte de las fuerzas de seguridad que terminaron en masacres durante la guerra civil, que dejó 200,000 muertos.
Mientras Pérez Molina ganó adeptos en la capital, se sentía el rechazo a todo lo que recordara a militares en poblados indígenas maya como San Juan Sacatepéquez, a 35 kilómetros de Ciudad de Guatemala, que tiene fresco el recuerdo de una masacre de indígenas perpetrada por el Ejército en 1982.
"Es militar y los militares son brutos, han hecho mucho mal aquí," dijo a Reuters Ana Bor, una mujer indígena de 40 años.
La segunda ronda, obligatoria cuando ninguno de los candidatos obtiene 50 por ciento más uno de votos, está prevista para el 4 de noviembre.
Para Francisco García, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (ICEP), sería natural una alianza de Pérez Molina con Giammattei porque detrás de los dos están los más poderosos empresarios del país. Pero recordó que en el pasado los pactos entre los dos no funcionaron.
"Tienen mucha afinidad ideológica (...) Sin embargo, las relaciones entre el Partido Patriota (de Pérez Molina) y el Gobierno fueron tirantes en todo momento," señaló.
Guatemala tuvo el domingo una jornada electoral tranquila, pero se reportó en el poblado de Tucuru la muerte de un hombre y heridos en un fuego cruzado entre simpatizantes del partido de Colom y del de Giammattei.
De acuerdo con los resultados del lunes, en un distante sexto lugar se ubicaba la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, con un 3.05 por ciento de los votos.
El próximo presidente recibirá un país exportador de café y con una economía bastante estable, pero también con una gran cantidad de rezagos que castigan a la población, en su mayoría descendiente de indígenas mayas.
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