martes, 28 de abril de 2009

27-IV-2009
¿Para qué sirven las elecciones europeas?

EDITORIAL

En tiempos de crisis, en los que la austeridad se convierte en un objetivo básico, tal vez habría que replantearse la necesidad de conservar ciertas burocracias que sólo consumen las rentas de los ciudadanos sin aportar nada a cambio.


La Unión Europea, en su momento Comunidad Económica Europea, nació como un encomiable proyecto económico y social consistente en liberalizar las fronteras entre los países miembros con tal de estrechar los lazos entre sus ciudadanos. En buena medida, pretendía simplemente derrumbar las barreras que se habían elevado de manera tan artificial y nefasta durante la primera mitad del s. XX.

El proyecto económico y social dio un peligroso paso para reconvertirse en proyecto político. No se buscaba únicamente ampliar la libertad de los ciudadanos europeos sino construir una organización unificada y superpuesta a los tradicionales Estados-nación que pudiera, entre otros propósitos, competir con Estados Unidos en el escenario internacional.

Si el mero objetivo ya era de por sí discutible y peligroso (por cuanto suponía acrecentar el tamaño y las competencias administrativas), los medios con los que ha tratado de alcanzarse todavía han incrementado más las suspicacias liberales: el proceso de construcción europea se ha realizado totalmente de espaldas a sus ciudadanos y, en muchos casos, en contra de su voluntad (como bien ilustran los rechazos a la Constitución Europea de Francia, Holanda o Irlanda). Ha sido, más bien, un proyecto personalista de los políticos implicados con ansias de notoriedad y de acrecentar su poder, algo que, en buena medida, ha desvirtuado su loable finalidad fundacional.

Tomado de: www.libertaddigital.com

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