Congresistas rechazarán préstamos para el metro
SANTO DOMINGO.- El presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC); Federico Antún Batlle, reveló ayer que ha instruido a sus legisladores para que no aprueben los nuevos préstamos que ha sometido el Poder Ejecutivo, entre los que se encuentra el de 238 millones de euros para los trabajos del metro de Santo Domingo.
Quique Antún se expresó en esos términos en el despacho del presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, con quien se reunió para tratar lo de la ley de partidos, y afirmó que el PRSC “siempre ha estado en contra del endeudamiento”.
Recordó que el PLD cuando estaba en campaña sostenía en su discurso que el país no soportaba más endeudamiento.
Dijo que la obra del metro ya va muy avanzada, empero entiende que el Gobierno debe terminarlo sin más préstamos, “es continuar lacerando más la economía del país”, indicó.
Refirió que el PRSC no está en contra de la construcción de obras, empero “no sobre la base del endeudamiento”.
SANTO DOMINGO.- El presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC); Federico Antún Batlle, reveló ayer que ha instruido a sus legisladores para que no aprueben los nuevos préstamos que ha sometido el Poder Ejecutivo, entre los que se encuentra el de 238 millones de euros para los trabajos del metro de Santo Domingo.
Quique Antún se expresó en esos términos en el despacho del presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, con quien se reunió para tratar lo de la ley de partidos, y afirmó que el PRSC “siempre ha estado en contra del endeudamiento”.
Recordó que el PLD cuando estaba en campaña sostenía en su discurso que el país no soportaba más endeudamiento.
Dijo que la obra del metro ya va muy avanzada, empero entiende que el Gobierno debe terminarlo sin más préstamos, “es continuar lacerando más la economía del país”, indicó.
Refirió que el PRSC no está en contra de la construcción de obras, empero “no sobre la base del endeudamiento”.
Para los cristianos católicos, la Resurrección en la Semana Santa o Semana Mayor, la Cuaresma y la Cincuentena en la fiesta Pentecostés, sigue constituyendo la etapa católica más relevante, porque se conmemora la muerte y resurrección del hijo de Dios, Jesucristo, el camino, después de haber sido flagelado, escupido, atropellado, y crucificado, para perdonar como ejemplo divino, a los pecadores de la humanidad.
La consagración de dicha Semana Mayor fue objeto de largas polémicas manteniendo atento la jefatura eclesiástica del Siglo 1 hasta el 325, cuando los prelados en el Concilio de Nicea decidieron cuando debía celebrarse dicha Resurrección, quedando resuelto en el Siglo VI, con la aceptación oficial correspondiente.
La Semana Mayor se inicia el Domingo de Ramos, y es el Domingo de Resurrección, cuando la tumba de Jesús se queda vacía, pero comienza haciendo esporádicamente apariciones, materializando la ascensión y dando el perdón a los pecadores, para la limpieza interior del hombre, constituyendo dicha Semana Mayor el triunfo sobre la muerte para la vida eterna.
El santo Papa, especialmente Benedicto XVI, dirigiendo el Coliseo en Roma, exhortó a orar por los que sufren, destacando como el mayor pecado en la humanidad el de los "hombres con dureza en sus corazones y los insensibles"
También el Viernes Santo la representación de nuestra Iglesia Católica en el histórico Sermón de las Siete Palabras, plantearon demandas categóricas y claras al superior gobierno por los supuestos despilfarros de recursos del Estado; por los sindicalistas que engañan al pueblo, por la pobreza creciendo y los problemas diversos aumentando contra el pueblo, y todo para el Metro, abandonando la solución de las necesidades en las provincias del país.
Analizamos profundamente los problemas que nos afectan y llegamos a la conclusión de que sacamos provecho con esta etapa de recogimiento en apego absoluto a lo que conmemoramos. Pero soy de los que entiende, como católico, que aunque nuestros pasos sigan controlándose, en el fondo, hay que recargar las baterías con un descanso transparente, es no sólo justo, sino revitalizante, porque tenemos que enfrentar muchos problemas que nos acorralan, y es obligación desde el gobierno, pero también desde la oposición y los demás sectores, unirnos para poder lograr algún éxito para enfrentar tantas urgencias que nos demandan las provincias del país.
Queremos destacar que, fuera de las razones históricas católicas, los días recién pasados nos permiten también seguir conociendo rincones dominicanos que todavía muchos no conocemos bien, donde nacionales y extranjeros pueden apreciar sus bellezas incalculables en campos, montañas, playas y condiciones para desarrollar riquezas de todo tipo y proyectar el contacto familiar. Además, se mueve nuestra economía y se proyecta la corriente turística al máximo, de lo cual vivimos.
Estos días, aunque dejaron 32 muertos y más de 400 heridos, son convenientes, pues crean conciencia que llega al corazón del pueblo. Por lo menos a los que les queda alma y corazón.
Decimos esto, porque hemos visto cómo por una cadenita, un celular, un quítame esta paja, hasta asesinan, así como lo que decía el Papa el viernes de los insensibles y de los de almas duras, que no piensan ni reaccionan. Pero crece la conciencia y el sacrificio de Jesucristo.
Quiero finalmente felicitar el entusiasta empeño que demostró nuestra Defensa Civil, la Cruz Roja, nuestra Policía Nacional, Amet y demás instituciones que trabajaron por el orden y la seguridad de tantos que se movieron en la Semana Mayor. Lamentablemente, dejando el balance desfavorable de muertos y heridos, aunque reducido comparándolo con años anteriores.
La consagración de dicha Semana Mayor fue objeto de largas polémicas manteniendo atento la jefatura eclesiástica del Siglo 1 hasta el 325, cuando los prelados en el Concilio de Nicea decidieron cuando debía celebrarse dicha Resurrección, quedando resuelto en el Siglo VI, con la aceptación oficial correspondiente.
La Semana Mayor se inicia el Domingo de Ramos, y es el Domingo de Resurrección, cuando la tumba de Jesús se queda vacía, pero comienza haciendo esporádicamente apariciones, materializando la ascensión y dando el perdón a los pecadores, para la limpieza interior del hombre, constituyendo dicha Semana Mayor el triunfo sobre la muerte para la vida eterna.
El santo Papa, especialmente Benedicto XVI, dirigiendo el Coliseo en Roma, exhortó a orar por los que sufren, destacando como el mayor pecado en la humanidad el de los "hombres con dureza en sus corazones y los insensibles"
También el Viernes Santo la representación de nuestra Iglesia Católica en el histórico Sermón de las Siete Palabras, plantearon demandas categóricas y claras al superior gobierno por los supuestos despilfarros de recursos del Estado; por los sindicalistas que engañan al pueblo, por la pobreza creciendo y los problemas diversos aumentando contra el pueblo, y todo para el Metro, abandonando la solución de las necesidades en las provincias del país.
Analizamos profundamente los problemas que nos afectan y llegamos a la conclusión de que sacamos provecho con esta etapa de recogimiento en apego absoluto a lo que conmemoramos. Pero soy de los que entiende, como católico, que aunque nuestros pasos sigan controlándose, en el fondo, hay que recargar las baterías con un descanso transparente, es no sólo justo, sino revitalizante, porque tenemos que enfrentar muchos problemas que nos acorralan, y es obligación desde el gobierno, pero también desde la oposición y los demás sectores, unirnos para poder lograr algún éxito para enfrentar tantas urgencias que nos demandan las provincias del país.
Queremos destacar que, fuera de las razones históricas católicas, los días recién pasados nos permiten también seguir conociendo rincones dominicanos que todavía muchos no conocemos bien, donde nacionales y extranjeros pueden apreciar sus bellezas incalculables en campos, montañas, playas y condiciones para desarrollar riquezas de todo tipo y proyectar el contacto familiar. Además, se mueve nuestra economía y se proyecta la corriente turística al máximo, de lo cual vivimos.
Estos días, aunque dejaron 32 muertos y más de 400 heridos, son convenientes, pues crean conciencia que llega al corazón del pueblo. Por lo menos a los que les queda alma y corazón.
Decimos esto, porque hemos visto cómo por una cadenita, un celular, un quítame esta paja, hasta asesinan, así como lo que decía el Papa el viernes de los insensibles y de los de almas duras, que no piensan ni reaccionan. Pero crece la conciencia y el sacrificio de Jesucristo.
Quiero finalmente felicitar el entusiasta empeño que demostró nuestra Defensa Civil, la Cruz Roja, nuestra Policía Nacional, Amet y demás instituciones que trabajaron por el orden y la seguridad de tantos que se movieron en la Semana Mayor. Lamentablemente, dejando el balance desfavorable de muertos y heridos, aunque reducido comparándolo con años anteriores.
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