miércoles, 6 de diciembre de 2006

BUENA OPINION

EDITORIAL
El “librito” de Balaguer
No era aficionado a tomar préstamos internacionales ni a pasarse de laraya en el manejo del gasto público.
Entre los políticos se dice que el Presidente Balaguer tenía su propio “librito” para gobernar y sortear las dificultades del país.
Él, con pretendida modestia, le atribuía sus éxitos al azar.
Su “librito” no es más que una figura para sintetizar el conjunto de reglas sobresalientes, permanentes o peculiares, que usaba el mandatario en el poder, ya sea para accionar políticamente o para manejar los asuntos de la economía.Triquiñuelas incluidas.
En el “librito” de Balaguer, una norma era constante: la de revisar personalmente, cada noche, el estado de ingresos nacionales para poder autorizar pagos rutinarios de las obras del Gobierno.
Sus críticos, al verle en ese modus operandis, decían que tenía una mentalidad de colmadero y que era tacaño.
No era aficionado a tomar préstamos internacionales ni a pasarse de la raya en el manejo del gasto público.
En sus primeros doce años (1966-1978), el presupuesto nunca alcanzó más de 700 millones de pesos en ingresos fiscales.
Pero todas las semanas inauguraba obras.
En su segundo largo período de diez años (1986-1996), los ingresos fiscales subieron progresivamente de 2 mil a 26 mil 800 millones de pesos.
Y también inauguraba obras todas las semanas.
Los gobiernos que le sucedieron manejaron presupuestos con ingresos anuales fiscales que fueron de 35 mil a más de 200 mil millones de pesos.
Pero no inauguraban obras cada semana.

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