POR JOSE ANTONIO TORRES
El pedimento a los presidentes de la República que aspiran a la reelección para que tomen una licencia durante la campaña electoral, ha sido ignorado por todos, excepto el extinto Joaquín Balaguer, quien atendió a ese reclamo cuando procuró su primera reelección en 1970.
Partidos de oposición, jueces electorales, sacerdotes católicos y grupos de presión de la sociedad civil, se colocan a la vanguardia de la campaña de reclamo para que quien desde la Presidencia aspire a la reelección tome una licencia, a fin de evitar el uso de los recursos del Estado en favor de su candidatura.
Tradicionalmente los principales dirigentes de los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y de la Liberación Dominicana (PLD) han sido los que con más vehemencia han reclamado que quienes aspiran a la reelección tomen una licencia.
Esto así, porque el PRD tuvo su primera experiencia reeleccionista en los comicios de 2004, mientras en el caso del PLD será el próximo año cuando presente por primera vez un candidato a la reelección.
Los periódicos de los meses previos a las elecciones presidenciales recogen declaraciones de los líderes de esos partidos José Francisco Peña Gómez y el profesor Juan Bosch, en las que no sólo critican la reelección, sino que plantean que quien aspire tome licencia durante la campaña.
Durante el discurso en el que aceptó la candidatura presidencial para los comicios del 16 de mayo de 1994, el doctor Peña Gómez advirtió sobre el "uso y abuso" de los recursos del Estado y pidió a la Junta Central Electoral intervenir para que el presidente Balaguer tomara una licencia del cargo.
En iguales términos se había pronunciado cuatro años antes, el entonces líder y candidato del PLD, profesor Juan Bosch, cuando pidió una cruzada para obligar al doctor Balaguer a dejar el Gobierno durante el período de campaña.
Pero el hecho más reciente fue en el 2004 cuando el PRD repostuló al presidente Hipólito Mejía como candidato para otro mandato, y el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez dijo que esa decisión le pesaría al jefe de Estado, a su familia y al país.
Aunque el prelado no pidió al presidente Mejía dejar el cargo, advirtió sobre el uso de los recursos del Estado y las posibilidades de que desde el Gobierno se pudiera orquestar un fraude.
En esta oportunidad el cardenal López Rodríguez ha sido parco y cauto al referirse a la reelección e incluso ha dicho que el presidente Leonel Fernández no está obligado a tomar una licencia para dedicarse a su campaña.
En esa ocasión, el hoy Presidente de la República planteó la formación de un frente antireeleccionista que impidiera la permanencia en el poder de Mejía.
Después del precedente de las elecciones de 1970, el líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), buscó la reelección en otras cuatro ocasiones (1974, 1978, 1990, 1994) sin tomar licencia, ignorando los reclamos de la sociedad.
En doctor Balaguer tomó la licencia en una coyuntura especial, ya que su principal adversario era el vicepresidente de la República, licenciado Francisco Augusto Lora, que se había desligado del partido oficial para formar su propia agrupación, el Movimiento de Integridad Democrática Antireeleccionista (MIDA).
Ante las licencias del presidente Balaguer y el vicepresidente Lora, fue encargado del Poder Ejecutivo el presidente de la Suprema Corte de Justicia, licenciado Manuel Ramón Ruiz Tejada.
Desde entonces ha habido sucesivas reelecciones e intentos reeleccionistas y jamás un Presidente en ejercicio ha tomado licencia para dedicarse a la campaña.
Este debate cíclico volvió a las páginas de los diarios en febrero de 2004 cuando el PRD escogió al entonces presidente Hipólito Mejía como candidato a la reelección para los comicios del 16 de mayo de ese año.
Ahora se presenta un escenario similar con la escogencia del presidente Fernández como candidato a la reelección, sólo que los actores políticos han cambiado el discurso y muchos de los que en el pasado exigían que Balaguer tomara una licencia, ahora consideran normal que el jefe de Estado haga campaña al mismo tiempo que ejerza el poder.
A pesar de las diversas opiniones, la realidad es que la Ley Electoral 275-97 no establece en ningunos de sus artículos que los candidatos a la reelección deben dejar las posiciones públicas que ocupen. El asunto es más ético que legal.
Partidos de oposición, jueces electorales, sacerdotes católicos y grupos de presión de la sociedad civil, se colocan a la vanguardia de la campaña de reclamo para que quien desde la Presidencia aspire a la reelección tome una licencia, a fin de evitar el uso de los recursos del Estado en favor de su candidatura.
Tradicionalmente los principales dirigentes de los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y de la Liberación Dominicana (PLD) han sido los que con más vehemencia han reclamado que quienes aspiran a la reelección tomen una licencia.
Esto así, porque el PRD tuvo su primera experiencia reeleccionista en los comicios de 2004, mientras en el caso del PLD será el próximo año cuando presente por primera vez un candidato a la reelección.
Los periódicos de los meses previos a las elecciones presidenciales recogen declaraciones de los líderes de esos partidos José Francisco Peña Gómez y el profesor Juan Bosch, en las que no sólo critican la reelección, sino que plantean que quien aspire tome licencia durante la campaña.
Durante el discurso en el que aceptó la candidatura presidencial para los comicios del 16 de mayo de 1994, el doctor Peña Gómez advirtió sobre el "uso y abuso" de los recursos del Estado y pidió a la Junta Central Electoral intervenir para que el presidente Balaguer tomara una licencia del cargo.
En iguales términos se había pronunciado cuatro años antes, el entonces líder y candidato del PLD, profesor Juan Bosch, cuando pidió una cruzada para obligar al doctor Balaguer a dejar el Gobierno durante el período de campaña.
Pero el hecho más reciente fue en el 2004 cuando el PRD repostuló al presidente Hipólito Mejía como candidato para otro mandato, y el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez dijo que esa decisión le pesaría al jefe de Estado, a su familia y al país.
Aunque el prelado no pidió al presidente Mejía dejar el cargo, advirtió sobre el uso de los recursos del Estado y las posibilidades de que desde el Gobierno se pudiera orquestar un fraude.
En esta oportunidad el cardenal López Rodríguez ha sido parco y cauto al referirse a la reelección e incluso ha dicho que el presidente Leonel Fernández no está obligado a tomar una licencia para dedicarse a su campaña.
En esa ocasión, el hoy Presidente de la República planteó la formación de un frente antireeleccionista que impidiera la permanencia en el poder de Mejía.
Después del precedente de las elecciones de 1970, el líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), buscó la reelección en otras cuatro ocasiones (1974, 1978, 1990, 1994) sin tomar licencia, ignorando los reclamos de la sociedad.
En doctor Balaguer tomó la licencia en una coyuntura especial, ya que su principal adversario era el vicepresidente de la República, licenciado Francisco Augusto Lora, que se había desligado del partido oficial para formar su propia agrupación, el Movimiento de Integridad Democrática Antireeleccionista (MIDA).
Ante las licencias del presidente Balaguer y el vicepresidente Lora, fue encargado del Poder Ejecutivo el presidente de la Suprema Corte de Justicia, licenciado Manuel Ramón Ruiz Tejada.
Desde entonces ha habido sucesivas reelecciones e intentos reeleccionistas y jamás un Presidente en ejercicio ha tomado licencia para dedicarse a la campaña.
Este debate cíclico volvió a las páginas de los diarios en febrero de 2004 cuando el PRD escogió al entonces presidente Hipólito Mejía como candidato a la reelección para los comicios del 16 de mayo de ese año.
Ahora se presenta un escenario similar con la escogencia del presidente Fernández como candidato a la reelección, sólo que los actores políticos han cambiado el discurso y muchos de los que en el pasado exigían que Balaguer tomara una licencia, ahora consideran normal que el jefe de Estado haga campaña al mismo tiempo que ejerza el poder.
A pesar de las diversas opiniones, la realidad es que la Ley Electoral 275-97 no establece en ningunos de sus artículos que los candidatos a la reelección deben dejar las posiciones públicas que ocupen. El asunto es más ético que legal.
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