CUENTAS CLARAS
El PRSC ignorado.- El Partido Reformista Social Cristiano hace un gran esfuerzo para no ser anulado por una eventual polarización entre los partidos de la Liberación Dominicana y Revolucionario Dominicano. En los últimos días han hecho algunas jugadas con tal de dar golpes de impacto mediáticos, pero esos esfuerzos no han pasado de eso. El presidente Leonel Fernández se ha llevado consigo a muchos antiguos dirigentes del PRSC y públicamente ha ignorado los reclamos de los que actualmente encabezan la organización que fundara el extinto Joaquín Balaguer. Eso le ha quitado el escenario de la confrontación con el Mandatario que han querido provocar algunos dirigentes reformistas, especialmente su secretario general Víctor Gómez Casanova.
Apurar el paso.- Para el PRSC se hace imprescindible colocarse en medio de la disputa política, pues el tiempo pasa y si permite que se posesione la percepción de que los reformistas no tienen nada que buscar en la actual contienda electoral, los resultados el 16 de mayo de 2008 pudieran ser catastróficos. Todavía hoy la “Alianza Rosada” golpea a los reformistas, que no han podido librarse de la imagen de ser un partido que busca votos para luego negociarlos, no para constituirse en una verdadera opción de Poder. El PRSC necesita una verdadera sacudida, pero no sólo frente al Gobierno y al oficialista PLD, sino frente a Miguel Vargas Maldonado y el PRD. Esto así porque quien crea que finalmente el PRSC terminará aliado con alguien, lo más lógico es que se vaya desde el principio con el partido que sería beneficiario de ese apoyo y así llega más temprano y adquiere más “amigos” primero.
Bajo sospecha.- Aunque en la realidad no sea así, Federico Antún Batlle y Víctor Gómez Casanova están bajo sospecha permanente frente a los que creen que en el PRSC se puede estar “atajando para que otro enlace”. Estos dos dirigentes están en la obligación de venderle confianza al electorado que pudiera estar decepcionado con el PLD y las gestiones del PRD. Se requiere un trabajo político de crecimiento, de consolidarse en provincias en las que se vieron obligados a pactar en las elecciones pasadas porque no tenían personas adecuadas para presentarlas como candidatas a cargos congresionales y municipales. A los reformistas no se les percibe como un partido en crecimiento, aunque la realidad sea otra. Pero en política la percepción también es importante.
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