Lágrimas a la intemperie
JUAN ARISTIDES TAVERAS GUZMAN
JUAN ARISTIDES TAVERAS GUZMAN
Dos fotos me desgarraron al corazón, que lo creía encallecido con tantas zozobras acumuladas en mi tediosa carrera política. Fueron publicadas en el Listín el 14 y el 15 de febrero. La del 14, Día del Amor y la Amistad, fue relacionada con el desalojo de Las Flores cerca de la calle República de Colombia: la carita virginal de la niña Salvanel Encarnación D''Oleo, de 10 años, mientras miraba el horizonte le bajaban dos gruesas lágrimas por sus mejillas, mientras gritaba: "Nos tuvieron al matar en el desalojo". La otra foto, el día 15 en el mismo diario, era de Mercedes Féliz Rodríguez, y reflejaba hambre, dolor, angustia y frustración, llorando por la muerte de dos de sus hijos, Miguel Angel Féliz Rodríguez, de 17 años, asesinado por supuestos drogadictos, según gritaba, así como del otro hijo, Wilkin Peña Rodríguez, asesinado por la Policía Nacional, según dicha madre, que nunca creen en la culpabilidad de sus retoños pedazos de su alma.
Dios mío, ¿cuántos muertos ya van en nombre de la democracia? El año pasado hubo más de dos mil muertos en la violencia que se acentúa. Los jóvenes que mueren hoy tienen dolientes también, como los valores que murieron tras la Revolución de 1965 por defender gallardamente nuestra institucionalizad pisoteada por la intervención extranjera, en nombre de la democracia, por temor a otra Cuba en el Caribe.
Estos muertos, entre los cuales han caído jóvenes militares, junto a otros problemas, es algo que hay que enfrentar ya a otros niveles.
La violencia es un problema de salud pública y nos comprometimos a combatirla en la reunión de la XXXVII Asamblea del Consejo de Organización Panamericana (OPS) hace 10 años.
Además, los esfuerzos de nuestras autoridades para barrios seguros, no han sido efectivos. Debe dejarse la teoría y enfrentar el mal en vez de seguir matando; preparar un plan serio, recurrir a asesores nativos y extranjeros, a académicos, a la propia oposición y a los demás sectores.
Este plan debe incluir a padres de familia, maestros, así como instituciones. Muchos jóvenes caen en la delincuencia por culpa de padres irresponsables, por pésima educación y falta de atención, ayuda y trabajo, de gobiernos y de empleadores.
En tiempo del reformismo, con Balaguer, las oportunidades para todos fueron amplias, y un clima más seguro y se podía dormir con el pecho lleno de oro, en cualquier rincón y disfrutar nuestras playas y el temperamento festivo del dominicano.
Lamentablemente, el país transita un camino inseguro, no sólo por los excesivos gastos del gobierno que el Fondo Monetario podría seguir controlando. La propia reelección, en el fondo, no la puede satanizar el reformismo, pero podemos decir y comparar, que fuimos mucho mas positivos que negativos. Claro, una reelección de don Leonel Fernadez es muy difícil, porque tendría que utilizar en eso el librito de Balaguer; la austeridad extrema; hasta en su reelección. A propósito, el PRD ni en el PLD han podido en eso imitarnos.
Ojalá la iniciativa de Santiago con el grave problema de las Zonas Francas, con la útil mediación de monseñor Agripino Núñez, motive este plan que sugerimos a favor de este ejército de jóvenes civiles y militares para que no se sigan matando.
Además, el gobierno puede utilizar una parte siquiera de los grandes gastos que hace en publicidad para difundir este proyecto por la prensa. Como dominicano, abogado y vicepresidente del PRSC, se lo rogamos al Gobierno.
Finalmente, para alimentar dicho proyecto, también hasta se podría aguantar el Metro, que desangra el presupuesto. Y a propósito del Metro, recuerdo un estudio que me envío el compatriota Fernando Alvarez Bogaert, donde, entre otras cosas, hablaba que el Metro de Puerto Rico duró haciéndose 8 años, se estimaron que costaría 1,500 millones de dólares y casi se duplicó, aumentándose en más del 34%.
Además, reproducía algo que dijo el ministro de Transportación de allá en diciembre pasado, que todos los Metros hay que subsidiarlos, hasta en Estados Unidos.
Amigo Presidente, no se deje destruir. Si usted realiza dicho plan, no sólo fortalece lo que tanto se le ha pedido para mejor educación y salud, causas principales de nuestros males. Además, la juventud dominicana se nos está perdiendo.
Dios mío, ¿cuántos muertos ya van en nombre de la democracia? El año pasado hubo más de dos mil muertos en la violencia que se acentúa. Los jóvenes que mueren hoy tienen dolientes también, como los valores que murieron tras la Revolución de 1965 por defender gallardamente nuestra institucionalizad pisoteada por la intervención extranjera, en nombre de la democracia, por temor a otra Cuba en el Caribe.
Estos muertos, entre los cuales han caído jóvenes militares, junto a otros problemas, es algo que hay que enfrentar ya a otros niveles.
La violencia es un problema de salud pública y nos comprometimos a combatirla en la reunión de la XXXVII Asamblea del Consejo de Organización Panamericana (OPS) hace 10 años.
Además, los esfuerzos de nuestras autoridades para barrios seguros, no han sido efectivos. Debe dejarse la teoría y enfrentar el mal en vez de seguir matando; preparar un plan serio, recurrir a asesores nativos y extranjeros, a académicos, a la propia oposición y a los demás sectores.
Este plan debe incluir a padres de familia, maestros, así como instituciones. Muchos jóvenes caen en la delincuencia por culpa de padres irresponsables, por pésima educación y falta de atención, ayuda y trabajo, de gobiernos y de empleadores.
En tiempo del reformismo, con Balaguer, las oportunidades para todos fueron amplias, y un clima más seguro y se podía dormir con el pecho lleno de oro, en cualquier rincón y disfrutar nuestras playas y el temperamento festivo del dominicano.
Lamentablemente, el país transita un camino inseguro, no sólo por los excesivos gastos del gobierno que el Fondo Monetario podría seguir controlando. La propia reelección, en el fondo, no la puede satanizar el reformismo, pero podemos decir y comparar, que fuimos mucho mas positivos que negativos. Claro, una reelección de don Leonel Fernadez es muy difícil, porque tendría que utilizar en eso el librito de Balaguer; la austeridad extrema; hasta en su reelección. A propósito, el PRD ni en el PLD han podido en eso imitarnos.
Ojalá la iniciativa de Santiago con el grave problema de las Zonas Francas, con la útil mediación de monseñor Agripino Núñez, motive este plan que sugerimos a favor de este ejército de jóvenes civiles y militares para que no se sigan matando.
Además, el gobierno puede utilizar una parte siquiera de los grandes gastos que hace en publicidad para difundir este proyecto por la prensa. Como dominicano, abogado y vicepresidente del PRSC, se lo rogamos al Gobierno.
Finalmente, para alimentar dicho proyecto, también hasta se podría aguantar el Metro, que desangra el presupuesto. Y a propósito del Metro, recuerdo un estudio que me envío el compatriota Fernando Alvarez Bogaert, donde, entre otras cosas, hablaba que el Metro de Puerto Rico duró haciéndose 8 años, se estimaron que costaría 1,500 millones de dólares y casi se duplicó, aumentándose en más del 34%.
Además, reproducía algo que dijo el ministro de Transportación de allá en diciembre pasado, que todos los Metros hay que subsidiarlos, hasta en Estados Unidos.
Amigo Presidente, no se deje destruir. Si usted realiza dicho plan, no sólo fortalece lo que tanto se le ha pedido para mejor educación y salud, causas principales de nuestros males. Además, la juventud dominicana se nos está perdiendo.
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