martes, 14 de noviembre de 2006



PUBLICADO EN LA SECCION FIRMAS DE CLAVE DIGITAL EL DIA martes, 14 de noviembre de 2006
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Por Fabricio Gómez Mazara


Rectificación fiscal: más de lo mismo

Más que una rectificación esta es, sin lugar a duda, una nueva reforma tributaria. La tercera de la actual administración.
Fabricio Gómez Mazara - Magíster en Finanzas y Economía Financiera en la Universidad de Chile. Diplomado en Economía de la Regulación de los Servicios Públicos y Defensa de la Competencia, de la Universidad Argentina de la Empresa ( UADE).
La mayoría de los ciudadanos esperamos ansiosos el discurso del presidente Fernández de este martes para de una vez por todas enterarnos en que consistirá la nueva reforma tributaria que algunos han preferido llamar “rectificación fiscal”.
Basado en una suerte de giro lingüístico el gobierno pretende justificar este nuevo aumento de impuestos señalando que el mismo es producto de una caída en las recaudaciones debido a que en la reforma tributaria pasada el congreso de entonces le redujo siete mil millones de pesos a la propuesta original.
Sin embargo, la “rectificación tributaria” tendrá que buscar treinta y dos mil millones de pesos, aproximadamente un 3% del producto interno bruto. De esta cantidad la mitad será vía aumento de impuestos, unos dieciocho mil millones, y la otra parte provendrá de reducciones en el gasto público, principalmente de los subsidios a la energía eléctrica y al gas licuado de petróleo (GLP).
Como podemos observar más que una rectificación esta es, sin lugar a duda, una nueva reforma tributaria. La tercera de la actual administración, lo cual debe ser un récord en la historia económica dominicana. Tres reformas tributarias en dos años y cinco meses.
Lo inexplicable de todo esto es que esta nueva reforma llega luego de la publicación del informe del Banco Central que dice que el producto interno bruto (PIB) en los últimos nueve meses creció en 11.5 % con relación al mismo período del año anterior.
En la proyección de gastos e ingresos contenida en el Presupuesto y Ley de Gastos Públicos para el año 2006 se asumió una tasa de crecimiento de un 5% del PIB. Si la economía terminará creciendo más de un 10% tal y como dice la autoridad monetaria, esto es al menos el doble de lo presupuestado, entonces como se puede explicar que las recaudaciones hayan caído por debajo de lo establecido en el presupuesto.
La respuesta es muy sencilla: el gasto público se exacerbó durante la pasada campaña para las elecciones de medio término. Todos pudimos observar como algunos funcionarios públicos, que además eran candidatos, mudaron sus respectivos ministerios a las provincias donde competían.
El dispendio fue la norma durante toda la campaña. Incluso, el propio presidente Fernández y su séquito imperial viajaron por todo el territorio nacional gastando millones de pesos en combustible.
Con relación al año pasado el gobierno ha aumentado el gasto corriente en 25%. La nómina pública 19.9% y en 87% los servicios no personales. Mientras que los gastos en publicidad aumentaron en un 130%.
Distintos sectores de la vida nacional se han pronunciado en contra de esta nueva reforma tributaria por entender que lo único que hará es agravar las condiciones de vida de los ciudadanos.
El sector productivo nacional agrupado en 26 organizaciones empresariales proclamó su rechazo a la intención del Gobierno de aplicar nuevos impuestos, por considerar que esa iniciativa sería una "contrarreforma" que atentaría contra la competitividad del país en tiempos de apertura comercial.
El Centro de Estudios Sociales Juan Montalvo, el Foro Ciudadano y el Centro de Investigación Económica para el Caribe (CIECA) también rechazaron la nueva reforma advirtiendo que la misma permitirá al gobierno financiar su ineficiencia y corrupción sin asegurar los fondos recaudados en beneficio de la inversión social.
Además, dijeron que es una irresponsabilidad volver a proyectar como principal vía de recaudación un aumento de la tasa ITBIS de un 16 a un 18% (aumento que representa el 42.24% del total a recaudar de todas las medidas planteadas), así como incluir dentro de su base alimentos que son parte de la canasta básica.
Este aumento de impuestos a los sectores mas empobrecidos ocurre en medio de una crisis en los principales servicios sociales. La educación pública presenta un deterioro nunca antes visto en materia de infraestructura que ha provocado un aumento en el ausentismo escolar.
Los hospitales públicos recibieron trescientos millones de pesos menos de lo presupuestado en medio de una de las epidemias de dengue mas impresionante de toda la historia que dejó un saldo de más de cuarenta víctimas.
Por otro lado, el 57% de las unidades de la OMSA están fuera de servicio. Dicho servicio es utilizado mayormente por los sectores de más bajos ingresos de la población. Luego de esto, los más pobres tienen que gastar más en transporte.
Como siempre los sectores medios y bajos de la población serán los que tendrán que cargar mas pesado con la llegada de nuevos impuestos producto de la ineficiencia gubernamental que se resiste a adecuarse a los nuevos tiempos.
Un gobierno que nunca ha entendido el significado de la palabra austeridad. Le pide sacrificio a la población, pero no se sacrifica.
Como dijo una vez el padre Jorge Cela: “..esto es mas de lo mismo.”

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