LISTIN DIARIO
Orlando dice...
Orlando Gil
LA REACCIÓN.- La clave de la solución del problema que se origina con la renuncia de Danilo Medina, o con la candidatura presidencial del PLD en el 2008, la tiene el presidente Leonel Fernández y no el ex secretario de la Presidencia. Medina movió su ficha y ahora el mandatario debe hacer lo propio. La reacción del Palacio Nacional debió haber tenido más nivel, pues puede verse como una de las tantas declaraciones de Rafaelito Núñez. Eso de que no se va a nombrar a nadie en la posición ya tiene lecturas diversas. Puede compararse con lo que hacen los equipos cuando se retira un jugador estrella: excluir su número de uniforme como una forma de establecer su singularidad. Pero también puede interpretarse como un acto perverso de resaltar que ese puesto no tiene importancia, y que por tanto puede prescindirse o dejarlo sin titular. Incluso podría tener la intención de crear la falsa impresión de que el dimitente volvería al cargo cuando desaparezcan las razones que lo llevaron a abandonarlo. Si fuera la primera deducción, deja aspiraciones en el aire, pues había gente interesada en sustituirle que ahora se queda con el moño hecho. En caso de que fuera la segunda, se recuerda una de las tantas bellaquerías de Joaquín Balaguer, quien una vez relevó de la secretaría de la Presidencia al general Enrique Pérez y Pérez y designó en su lugar a Domingo Gutiérrez, que en ese tiempo era el abanderado de las bases reformistas. Si se creyera en la tercera, en una reconsideración, sería soñar despierto, que en política es igual a un delirio. Si Medina se fue, lo hizo porque se cree en capacidad de volver a la Casa de gobierno con una más alta condición…
EL MANEJO.- El presidente Fernández es la clave, porque de cómo maneje sus cartas dependerá de que el problema se resuelva, se agrave, o por lo menos caiga en un punto neutro. Incluso tiene que maniobrar hacia dentro del Gobierno, pero también teniendo en cuenta los medios de comunicación, que a veces actúan con el criterio maoísta de que una chispa puede incendiar una pradera. Por ejemplo, la prensa dio cuenta de que después de la renuncia de Medina la afluencia de personas al Palacio Nacional es menor, y de que a sus oficinas particulares acuden sus seguidores en apreciable cantidad. El hecho es significativo en doble sentido. La Casa de Gobierno deja de tener importancia política para los peledeístas, y la solidaridad se expresa de manera instantánea. Pero – además – se rumoró una reunión del Presidente con estrategas de su partido, en su despacho, y hasta el momento de escribir estas notas se mantiene como una especie, a pesar de que se la considera como parte de una emergencia. Incluso se menciona entre los asistentes a Jaime David Fernández Mirabal, de quien esta columna adelantó que se contemplaba su entrada a juego en caso de que Medina se fuera del Gobierno…
EL SONIDISTA.- Hay muchas formas de responder a un desafío, y la impresión que se tiene es de que el Gobierno decidió darle con todo el pie a la reelección ahora que nadie se molesta por los letreros y las claques. En las inauguraciones se pone la música más alta y los merengues son seleccionados teniendo en cuenta el mensaje. Cuando se averigua, nadie acepta ese fenómeno como algo nuevo e intencionado, sino que se dice que “esas son cosas de Franklyn”, que es el sonidista, y que siempre selecciona los mismos discos, pues los tiene en una computadora. Sin embargo, como dato curioso hay que anotar que Franklyn Sánchez está en esos menesteres desde los tiempos de Joaquín Balaguer, por lo que es experto en motivar las masas con temas alusivos a la repostulación del mandatario que sea. Lo hizo con Balaguer en su época, también con Hipólito Mejía, y ahora con Leonel Fernández. Dicen que nadie le baja línea, pero no es necesaria si está programado. En cualquier momento alguna dama desenfadada saca al Presidente a bailar, él de simpático la complace y el “misterio” de la reelección queda develado: Como Peña Suazo sigue subido en el palo…
Orlando dice...
Orlando Gil
LA REACCIÓN.- La clave de la solución del problema que se origina con la renuncia de Danilo Medina, o con la candidatura presidencial del PLD en el 2008, la tiene el presidente Leonel Fernández y no el ex secretario de la Presidencia. Medina movió su ficha y ahora el mandatario debe hacer lo propio. La reacción del Palacio Nacional debió haber tenido más nivel, pues puede verse como una de las tantas declaraciones de Rafaelito Núñez. Eso de que no se va a nombrar a nadie en la posición ya tiene lecturas diversas. Puede compararse con lo que hacen los equipos cuando se retira un jugador estrella: excluir su número de uniforme como una forma de establecer su singularidad. Pero también puede interpretarse como un acto perverso de resaltar que ese puesto no tiene importancia, y que por tanto puede prescindirse o dejarlo sin titular. Incluso podría tener la intención de crear la falsa impresión de que el dimitente volvería al cargo cuando desaparezcan las razones que lo llevaron a abandonarlo. Si fuera la primera deducción, deja aspiraciones en el aire, pues había gente interesada en sustituirle que ahora se queda con el moño hecho. En caso de que fuera la segunda, se recuerda una de las tantas bellaquerías de Joaquín Balaguer, quien una vez relevó de la secretaría de la Presidencia al general Enrique Pérez y Pérez y designó en su lugar a Domingo Gutiérrez, que en ese tiempo era el abanderado de las bases reformistas. Si se creyera en la tercera, en una reconsideración, sería soñar despierto, que en política es igual a un delirio. Si Medina se fue, lo hizo porque se cree en capacidad de volver a la Casa de gobierno con una más alta condición…
EL MANEJO.- El presidente Fernández es la clave, porque de cómo maneje sus cartas dependerá de que el problema se resuelva, se agrave, o por lo menos caiga en un punto neutro. Incluso tiene que maniobrar hacia dentro del Gobierno, pero también teniendo en cuenta los medios de comunicación, que a veces actúan con el criterio maoísta de que una chispa puede incendiar una pradera. Por ejemplo, la prensa dio cuenta de que después de la renuncia de Medina la afluencia de personas al Palacio Nacional es menor, y de que a sus oficinas particulares acuden sus seguidores en apreciable cantidad. El hecho es significativo en doble sentido. La Casa de Gobierno deja de tener importancia política para los peledeístas, y la solidaridad se expresa de manera instantánea. Pero – además – se rumoró una reunión del Presidente con estrategas de su partido, en su despacho, y hasta el momento de escribir estas notas se mantiene como una especie, a pesar de que se la considera como parte de una emergencia. Incluso se menciona entre los asistentes a Jaime David Fernández Mirabal, de quien esta columna adelantó que se contemplaba su entrada a juego en caso de que Medina se fuera del Gobierno…
EL SONIDISTA.- Hay muchas formas de responder a un desafío, y la impresión que se tiene es de que el Gobierno decidió darle con todo el pie a la reelección ahora que nadie se molesta por los letreros y las claques. En las inauguraciones se pone la música más alta y los merengues son seleccionados teniendo en cuenta el mensaje. Cuando se averigua, nadie acepta ese fenómeno como algo nuevo e intencionado, sino que se dice que “esas son cosas de Franklyn”, que es el sonidista, y que siempre selecciona los mismos discos, pues los tiene en una computadora. Sin embargo, como dato curioso hay que anotar que Franklyn Sánchez está en esos menesteres desde los tiempos de Joaquín Balaguer, por lo que es experto en motivar las masas con temas alusivos a la repostulación del mandatario que sea. Lo hizo con Balaguer en su época, también con Hipólito Mejía, y ahora con Leonel Fernández. Dicen que nadie le baja línea, pero no es necesaria si está programado. En cualquier momento alguna dama desenfadada saca al Presidente a bailar, él de simpático la complace y el “misterio” de la reelección queda develado: Como Peña Suazo sigue subido en el palo…
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